La vivienda en Badalona

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Estos días se ha estado publicando en la prensa en aumento que se ha producido en el precio de la vivienda en las distintas ciudades catalanas durante el año 2005, que acabamos de dejar. El precio de Barcelona se sitúa en 3.700 euros por metro cuadrado, la más cara de España. En nuestra ciudad, pese a que aun no hemos alcanzado esa horripilante cifra, el metro cuadrado nos cuesta 2.533 euros; un 11,5 más caro que como estaba al empezar el año 2004. Y las perspectivas, a mi entender, no son nada alagüeñas; es evidente que el precio de la vivienda en nuestra ciudad va a subir aun más; es una de las leyes fundamentales del mercado: cuando hay mucha demanda (como es el caso de las viviendas en Badalona) y poca oferta (el espacio físico urbanizable de nuestra ciudad es reducido para el número de habitantes que tiene) el precio tiende a subir. Son las leyes del mercado. Pero es evidente que hay que hacer algo, intentando perjudicar a la mínima gente posible favoreciendo a la máxima; muchas familias badalonesas han encontrado en el auge del valor de sus viviendas un buen seguro de vejez; conozco ya algunos matrimonios jubilados que han vendido su piso en Badalona y con lo que han obtenido se han ido a vivir a su pueblo natal, comprándose allá una casa y quedándole un dinero con el que poder acabar de pasar los dias. No a todos perjudica el auge del precio de la vivienda ni tan sólo beneficia a los constructores. El tema de la vivienda es una moneda de dos caras. Es por ello que yo no creo que sea justo una política expropiatoria o tendente a ralentizar forzasamente el auge de precios de los pisos. Tampoco está la solución en transformar el ayuntamiento en una inmobiliaria que se dedique a hacer promociones públicas, ya que es físicamente imposible que satisfaga ni una ínfima parte de la demanda, con un alto coste en dinero público y suelo que finalmente va destinado a una minoría. Yo creo que la solución pasa por facilitar el pago por parte de los colectivos afectados por el alza de los precios, los jóvenes sobretodo, de la vivienda. Ya ahí la iniciativa pública puede hacer mucho. ¿Para que existen las Cajas de Ahorros? Una posible solución sería obligar a las cajas (que según la ley no tienen ánimo de lucro) a ofrecer préstamos e hipotecas para jóvenes sin intereses y a largos plazos, con facilidades y asumiendo el riesgo que no asumirían los bancos. Hagamos de las cajas de ahorros auténticas entidades de finalidad social, que es lo que justifica su privilegiado estatuto. En vez de meterse la Caixa a comerse el tejido empresarial del país (como el resto de cajas a su nivel) que se dedique a la auténtica obra social: facilitar el acceso de los jóvenes a la primero vivienda con créditos extra-blandos. Incluso, ¿Por qué no crea el Ayuntamiento una Caja de Badalona que se encargue de este menester? Legalmente, podría constituirla, y con un mercado potencial de 200.000 clientes, no creo que careciese de rentabilidad comercial. Á. Escolano